16 dic 2009

Pastoral de la Esperanza: Quiero ser tu Pino

Pastoral de la Esperanza: Quiero ser tu Pino

Saludo de Navidad


  Es el deseo más sincero de que cada taza se rebose con bendiciones ricas y eternas, y de que cada camino nos lleve a la paz,reciban este saludo fraterno en esta Navidad




Is 9,1-3. 5-6: "Un hijo se nos ha dado" 
Sal 95,1-2a.2b-3.11-12.13: "Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor" 
Tt 2,11-14: "Ha aparecido la gracia de Dios a todos los hombres" 
Lc 2,1-14: "Hoy os ha nacido un Salvador "
Son los deseos de Pastoral de la Esperanza

Quiero ser tu Pino



Quiero ser tu pino
El árbol de Navidad es algo más que un adorno, es una forma de vivir con más intensidad la espera del Señor.

Esta Navidad quiero ser tu pino Señor. Un pino sencillo de los que nacen en las sierras, pero con unas ramas verdes y frescas, alimentado por la sabia de tu vida divina.

Como un reflejo tuyo, mi forma será triangular, signo de la Santísima Trinidad y si una rama sobresale demasiado, hazme sensible para cortarla antes de que me deforme demasiado.

Empezaré a limpiar mi tronco y mis ramas, de todo musgo o heno que tenga.
Y así poco a poco quitaré todo lo que me estorba; mi egoismo, mis envidias, mis incomprensiones, mi orgullo, mi soberbia, que como "plaga" crecen sin que yo me de cuenta.

Como un recuerdo de todas las estrellas que brillaron esa noche bendita en que Tú naciste, me llenaré de foquitos de colores para reflejar a los demás la alegría de Tú venida al mundo.

Escogeré unas esferas doradas, las más brillantes para que representen todas mis Alabanzas, por el sol que sale cada día, por las estrellas, por los atardeceres tan hermosos, y por todas las maravillas del mundo que Tú creaste para nosotros, por ser nuestro Ser Supremo.

Continuaré con muchas esferas rojas, que representan mis Peticiones. Te pido que hagas de mi un instrumento de Tú Amor. Te pido por mi familia, mis amigos, mi comunidad, mi parroquia. Por mi Patria para que sea un país donde Tú siempre reines. Que jamás el desaliento, entre en mi corazón. Te pido Tú Santo Espíritu y con él, la verdadera Sabiduría que viene de tí.

Dame Señor lo que Tú sabes que me conviene y yo no sé pedir. Dame mucha paciencia y humildad. Dame prudencia para nunca herir a nadie y dame caridad para tener un corazón grande que sepa amar.

Pondré también unas esferas azules, para pedirte con ellas Perdón porque yo no siempre he sido fiel, porque no he sabido dar ni perdonar, porque viendo "la luz" he preferido "la oscuridad", porque conociendo "el bien" he optado por "el mal".

Por último me llenaré de esferas plateadas, muy grandes que serán para darte Gracias, por todo lo que he recibido de Tí. Gracias porque me has otorgado salud, bienestar, alegría y satisfacciones.

Gracias también por la enfermedad, las penas y los sufrimientos, aunque me cuesta trabajo decírtelo y aceptar tu voluntad. Tú sabes lo que hiciste.

Gracias Señor por todo aquello que me acercó íntimamente a Tí. Es tanto lo que tengo que agradecerte.

Y en la punta, con una luz muy intensa, pondré una estrella enorme, que me ilumine siempre, esa será mi Fe. Una Fe madura e inquebrantable, siempre en aumento, que se alimentará de tu Sagrada Eucaristía y de tu palabra.

Por eso esa luz brillará para todo aquel que se acerque a mi, porque Tú brillas en mi.

Yo quiero ser esta y todas las próximas Navidades, tu pino Señor.

Lléname de alegría para participar a todos mis hermanos el gozo de poseerte Señor.
Faltan pocos días para ese día tan especial. Más allá del plato que vamos a presentar, de los regalos o de los invitados miremos nuestro interior.
Busquemos esa paz que por momentos parece perdida en este mundo tan agitado.
Hagamos un pequeño balance de nuestra vida y tratemos de cortar esas ramas que nos deforman, que no nos permiten lograr esa felicidad tan ansiada.
Eliminemos esos residuos que quedaron pegados en nosotros y que no nos dejan ver el lado lindo de la vida porque nos hacen estar en tinieblas.
Limpiemos nuestro corazón y "no nos olvidemos quién es el que viene, por qué viene, adónde viene y de dónde viene.

Navidad es gozo, alegría, época de dar, de darnos, pero también es tiempo de dar gracias, de pedir perdón, de hacer propósitos nuevos para renacer a una nueva vida muy cerca de Jesús".

Anonimo


En el día de mi cumpleaños


Como sabrás nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños, todos los años se hace una gran fiesta en mi honor y creo que este año sucederá lo mismo.
En estos días la gente hace muchas compras, hay anuncios en el radio, en la televisión y por todas partes no se habla de otra cosa, sino de lo poco que falta para que llegue el día. La verdad, es agradable saber, que al menos, un día al año algunas personas piensan un poco en mi. Como tu sabes, hace muchos años que comenzaron a festejar mi cumpleaños, al principio no parecían comprender y agradecer lo mucho que hice por ellos, pero hoy en día nadie sabe para que lo celebran. La gente se reúne y se divierte mucho pero no saben de que se trata.

Recuerdo el año pasado al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta en mi honor; pero sabes una cosa, ni siquiera me invitaron. Yo era el invitado de honor y ni siquiera se acordaron de invitarme, la fiesta era para mí y cuando llego el gran día me dejaron afuera, me cerraron la puerta.
Y yo quería compartir la mesa con ellos! (Apocalipsis 3,20).
La verdad no me sorprendió, porque en los últimos años todos me cierran las puertas. Como no me invitaron, se me ocurrió estar sin hacer ruido, entré y me quedé en un rincón. Estaban todos bebiendo, había algunos borrachos, contando chistes, riéndose a carcajadas. La estaban pasando en grande, para colmo llegó un viejo gordo, vestido de rojo, de barba blanca y gritando: "JO JO JO JO", parecía que había bebido de mas, se dejó caer pesadamente en un sillón y todos los niños corrieron hacia él, diciendo " SANTA CLAUS" "SANTA CLAUS" como si la fiesta fuera en su honor!
Llegaron las doce de la noche y todos comenzaron a abrazarse, yo extendí mis brazos esperando que alguien me abrazara. Y ¿sabes?, nadie me abrazó. Comprendí entonces que yo sobraba en esa fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré.
Tal vez crean que yo nunca lloro, pero esa noche lloré, me sentía destruido, como un ser abandonado, triste y olvidado.
Me llegó tan hondo que al pasar por tu casa, tú y tu familia me invitaron a pasar, además me trataron como a un rey, tú y tu familia realizaron una verdadera fiesta en la cual yo era el invitado de honor, además me cantaron las mañanitas; hacia tiempo que a nadie se le ocurría hacer eso. Que DIOS bendiga a todas las familias como la tuya, yo jamás dejo de estar en ellas en ese día y todos los días.
También me conmovió el pesebre que pusieron en un rincón de tu casa. ¿Sabías que hay países que se esta prohibiendo poner nacimientos? Hasta lo consideran ilegal. ¿A donde ira a parar este mundo?
Otra cosa que me asombra es que el día de mi cumpleaños en lugar de hacerme regalos a mí, se regalan unos a otros. ¿Tú que sentirías si el día de tu cumpleaños, se hicieran regalos unos a otros y a ti no te regalaran nada?.
Una vez alguien me dijo: ¿ Cómo te voy a regalar algo si a ti nunca te veo? Ya te imaginaras lo que le dije: Regala comida, ropa y ayuda a los pobres, visita a los enfermos a los que están solos y yo los contaré como si me lo hubieran hecho a mí (Mat.-25,34-40)
Cada año que pasa es peor, la gente sólo piensa en las compras y los regalos, y de mí ni se acuerdan...



Probablemente así hablaría JESUCRISTO
Por eso, VIVE verdaderamente esta Navidad!!!
Anonimo

Reflexion de navidad

El sueño de María

"Tuve un sueño José.  No lo pude comprender, realmente no, pero creo que se  trataba del nacimiento de Nuestro Hijo.  Creo que sí, era acerca de eso.
La gente estaba haciendo los preparativos con seis semanas de anticipación.
Decoraban las casas y compraban ropa nueva. Salían de compras muchas veces y adquirían elaborados regalos. Era muy peculiar, ya que los regalos no eran para nuestro Hijo. Los envolvían con hermosos papeles y los ataban con preciosos moños, y todo lo colocaban debajo de un árbol.
Sí, un árbol, José, dentro de sus casas. Esta gente estaba decorando el árbol también. Las ramas llenas de esferas y adornos que brillaban. Había una figura en lo alto del árbol. Me parecía ver un ángel. ¡Oh! era verdaderamente hermoso.
Toda la gente estaba feliz y sonriente.  Todos estaban emocionados por los  regalos, se los intercambiaban unos con otros.  José, no quedó alguno para  nuestro Hijo.

Sabes? creo que ni siquiera lo conocen, pues nunca  mencionaron su nombre.  ¿No te parece extraño que la gente se meta en  tantos problemas para celebrar el cumpleaños de alguien que ni siquiera  conocen?
Tuve la extraña sensación de que si nuestro hijo hubiera estado en la  celebración hubiese sido un intruso solamente.  Todo estaba tan hermoso,  José, y todo el mundo tan feliz; pero yo sentí enormes ganas de llorar.  Qué  tristeza para Jesús, no querer ser deseado en su propia fiesta de  cumpleaños.
Estoy contenta porque sólo fue un sueño.  Pero qué terrible José, si eso  hubiese sido realidad."