27 nov 2009

Oraciones del Santo Rosario



EL Santo Rosario
LA SEÑAL DE LA CRUZ
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
EL CREDO DE LOS APÓSTOLES
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos. Al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
EL PADRE NUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea Tu nombre; venga a nosotros Tu reino; hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
EL AVE MARÍA
Dios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
GLORIA AL PADRE
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
LA SALVE
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia; vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues Señora, Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Como se reza el Rosario
1. Haga la Señal de la Cruz y recite el Credo.
2. Diga el Padre Nuestro.
3. Diga tres Ave Marías.
4. Diga el Gloria al Padre.
5. Anuncie el Primer Misterio y recite el Padre Nuestro.
6. Recite diez Ave Marías mientras medita en el Misterio.
7. Recite el Gloria al Padre.
8. Después de cada decena, recite la oración siguiente como nos pidió la Virgen María en Fátima: "Oh Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia. "
9. Anuncie el Segundo Misterio. Después recite el Padre Nuestro. Las 10 Ave Maria y el Gloria. (ver arriba). Continúe con el Tercer, Cuarto y Quinto Misterio de la misma manera, hasta terminar.
10. Recite la Salve después de terminar las cinco decenas.
Reflexiones del Papa sobre los Misterios del Rosario
  • Misterios de Gozo: El primer ciclo, el de los «misterios gozosos», se caracteriza efectivamente por el gozo que produce el acontecimiento de la encarnación. Esto es evidente desde la anunciación, cuando el saludo de Gabriel a la Virgen de Nazaret se une a la invitación a la alegría mesiánica: «Alégrate, María» A este anuncio apunta toda la historia de la salvación... que ha inspirado este misterio. (Rezado los Lunes, Sábados y opcional los Domingos durante Adviento y Navidad)
  • Misterios de Luz: Pasando de la infancia y de la vida de Nazaret a la vida pública de Jesús, la contemplación nos lleva a los misterios que se pueden llamar de manera especial «misterios de luz». En realidad, todo el misterio de Cristo es luz. Él es «la luz del mundo» (Jn 8, 12). Pero esta dimensión se manifiesta sobre todo en los años de la vida pública, cuando anuncia el evangelio del Reino. (Rezado los jueves)
  • Misterios de Dolor: Los Evangelios dan gran relieve a los misterios del dolor de Cristo. La piedad cristiana, especialmente en la Cuaresma, con la práctica del Vía Crucis, se ha detenido siempre sobre cada uno de los momentos de la Pasión, intuyendo que ellos son el culmen de la revelación del amor y la fuente de nuestra salvación. (Rezado los Martes y Viernes, y opcional los domingos durante Cuaresma)
  • Misterios de Gloria: «La contemplación del rostro de Cristo no puede reducirse a su imagen de crucificado. ¡El es el Resucitado!». El Rosario ha expresado siempre esta convicción de fe, invitando al creyente a superar la oscuridad de la Pasión para fijarse en la gloria de Cristo en su Resurrección y en su Ascensión. ... La Virgen María será también elevada a la misma gloria en la Asunción. (Rezado los miércoles y domingos durante la Semana Santa y días ordinarios)
Tomado de la Carta Apostólica ROSARIUM VIRGINIS MARIAE del Sumo Pontífice Juan Pablo II, 16 de Octubre de 2002.


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