19 dic 2011

El sueño de María

Tuve un sueño, José, y realmente no lo puedo comprender, pero 
creo que se trataba del nacimiento de nuestro Hijo.
La gente hacía los preparativos con seis semanas de anticipación, 

decoraba las casas, compraba ropa nueva, salía de compras 
muchas veces y adquiría elaborados regalos.
Era un tanto extraño, ya que los regalos no eran para nuestro 

Hijo; los envolvían en vistosos papeles, los ataban con preciosos 
moños y todo lo colocaban debajo de un árbol.
Sí,un árbol, José, adentro de sus casas;esta gente había decorado 

el árbol,las ramas estaban llenas de adornos brillantes y había 
una figura en lo alto del árbol,me pareció que era un ángel, 
era realmente hermoso.
Luego ví una mesa espléndidamente servida,con platillos 

deliciosos y muchos vinos,todo se veía exquisito y 
todos estaban contentos,pero no estábamos invitados.
Toda la gente se veía feliz,sonriente y emocionada por 

los regalos que intercambiaban unos con otros, 
¿pero sabes, José?,no quedaba ningún regalo para nuestro 
Hijo;me daba la impresión de que nadie lo conocía, 
porque nunca mencionaron su nombre.
¿No te parece extraño que la gente trabaje y gaste 

tanto en los preparativos, para celebrar el cumpleaños de 
alguien a quien ni siquiera mencionan y que da la impresión 
de que no conocen?
Tuve la extraña sensación de que si nuestro Hijo hubiera 

entrado a esos hogares,para la celebración,hubiera sido 
sólamente un intruso.
Todo se veía tan hermoso y la gente se veía feliz, pero yo 

sentía enormes deseos de llorar,porque nuestro Hijo era 
ignorado por casi toda esa gente que lo celebraba.

Qué tristeza para Jesús,no ser deseado en su propia fiesta 

de cumpleaños.

Estoy contenta porque sólo fue un sueño,pero qué terrible 

sería si esto se convierte en realidad.

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